“Nos toca botar la Papa criolla”: Productores de La Unión denuncian precios que amenazan su sustento

“Nos toca botar la Papa criolla”: Productores de La Unión denuncian precios que amenazan su sustento

La Unión, Antioquia. Los productores de papa criolla del municipio han alzado la voz ante la grave situación que atraviesa el sector, debido a que los precios del producto han caído a niveles que no permiten cubrir ni siquiera los costos básicos de producción. “Nos toca botar la Papa criolla”, manifestaron en una reunión que reunió a representantes del gremio, en la que se hizo un llamado urgente a las autoridades y a la comunidad para buscar soluciones que garanticen un precio justo.

Según los agricultores, la caída en los precios ha generado un efecto dominó que amenaza la viabilidad de sus cultivos. “La papa criolla es un producto fundamental en nuestra región, pero si seguimos recibiendo tan poco, la continuidad de nuestra producción se vuelve insostenible”, enfatizó uno de los productores. La situación se agrava en un contexto en el que los costos de insumos, mano de obra y transporte han aumentado, dejando a los campesinos con márgenes de ganancia casi inexistentes.

La expresión “nos toca botar la Papa criolla” se ha convertido en un grito de protesta y de resignación ante una realidad en la que, a pesar de la calidad y el valor cultural del producto, el mercado no ofrece condiciones justas para quienes lo cultivan.

Los agricultores llaman a fortalecer las cadenas de comercialización y a promover un mayor reconocimiento del valor nutricional y gastronómico de la papa criolla, buscando así incrementar su demanda y, por ende, su precio en el mercado. “Nuestro compromiso es con la tierra y con la comunidad. Pero sin un cambio en las condiciones del mercado, corremos el riesgo de ver desaparecer una parte esencial de nuestra identidad”, concluyó otro representante del sector.

Esta denuncia pone en evidencia las dificultades que enfrentan muchos productores en zonas rurales de Antioquia, donde el desafío de competir en un mercado globalizado se ve agravado por políticas que aún no logran proteger a los pequeños agricultores. Mientras tanto, la comunidad espera respuestas concretas de las autoridades para revertir esta tendencia y garantizar que la papa criolla siga siendo, no solo un símbolo cultural, sino también una fuente de sustento para miles de familias.