Una inversión conjunta de $765 millones entre la Unidad para las Víctimas y la administración municipal permitió beneficiar a 880 personas a través de proyectos integrales que fortalecen el tejido social, promueven el desarrollo rural y dignifican la vida de las comunidades afectadas por el conflicto armado.

La intervención incluyó proyectos agrícolas como huertas familiares y cultivos sostenibles, fomentando la seguridad alimentaria y la generación de ingresos. En materia de infraestructura comunitaria, se realizaron obras de adecuación y dotación de casetas comunales, escenarios deportivos, mejoramiento de vías y la construcción de placa huellas.

Uno de los ejes centrales fue la solución habitacional, con subsidios y mejoramientos de vivienda que beneficiaron directamente a 137 familias. Además, se fortalecieron los servicios básicos de salud y educación, con la afiliación al sistema de salud de más de 800 personas y el acceso a programas educativos en zonas rurales.

Desde el componente psicosocial, se desarrolló la estrategia Tejiéndonos, enfocada en la recuperación emocional, el manejo del duelo y la sanación colectiva, mediante espacios comunitarios, convites y el rescate de tradiciones como los grupos musicales locales.

La iniciativa también incluyó procesos de pedagogía en derechos humanos y promoción de la participación ciudadana, garantizando que las víctimas sean protagonistas en la construcción de paz y reconciliación.

Este esfuerzo interinstitucional se convierte en un ejemplo de reparación integral, dignificación de las víctimas y construcción de futuro para las comunidades más afectadas por la violencia.