En una valiente publicación en sus redes sociales, Daisy López, activista y ciclista aficionada, denunció haber sido víctima reiterada de acoso sexual por parte de hombres en moto mientras practicaba ciclismo, una actividad que realiza desde hace más de 10 años.
“Es mi momento, mi forma de cuidarme, de sentirme libre. Pero ya van tres veces que un hombre en moto baja la velocidad solo para tocarme. Para abusar de mí. Para recordarme que, para algunos, mi cuerpo no es mío”, escribió.
López enfatiza que lo más doloroso no es solo el acto violento en sí, sino el silencio que lo rodea: la pasividad de quienes lo presencian y no actúan. “Nadie grita, nadie corre detrás. Nadie denuncia. Y eso también es violencia”, afirmó.
🚨 Una realidad que muchas viven y pocos denuncian
Su testimonio ha despertado una oleada de solidaridad en redes sociales, donde decenas de mujeres han compartido experiencias similares. La publicación es un llamado urgente a romper el silencio frente al acoso callejero, a dejar de normalizarlo y a actuar cuando se es testigo.
“No entiendo por qué las mujeres no podemos hacer ejercicio, caminar solas o simplemente existir sin miedo. ¿Por qué lo normalizamos?”, cuestiona López.
La denuncia también hace un llamado a la acción colectiva:
“Hagamos que se sientan observados, no impunes. Hagamos ruido, mujeres. Esto no se puede normalizar. No podemos sentirnos vulnerables solo por querer salir a la calle. No más.”
📣 ¿Y ahora qué?
El acoso en el espacio público sigue siendo una forma de violencia silenciada en muchos entornos, pese a los avances legislativos. El llamado de Daisy López refuerza la urgencia de crear entornos más seguros y conscientes para las mujeres en el país, tanto desde la ciudadanía como desde las instituciones.