Adriana Martínez Dogirama, una mujer de la comunidad indígena embera, ha presentado una demanda contra el Banco de la República de Colombia por el presunto uso no autorizado de su imagen en el billete de $10.000 emitido en 1992. Martínez sostiene que su rostro fue utilizado sin consentimiento ni compensación alguna, lo que ha generado repercusiones significativas en su vida.
La imagen en cuestión proviene de una fotografía tomada por el antropólogo Mauricio Pardo en 1986, cuando Martínez tenía 14 años. Según declaraciones juramentadas, Pardo afirma que el Banco de la República utilizó esta fotografía sin su autorización para el diseño del billete, que estuvo en circulación hasta 1994.
Martínez descubrió la utilización de su imagen décadas después, cuando su hija reconoció el parecido en una serie de televisión. Desde entonces, ha enfrentado desafíos personales y comunitarios debido a la exposición no consentida. La demanda busca una indemnización por los daños sufridos y plantea un debate sobre los derechos de imagen y el respeto a las comunidades indígenas.
El Banco de la República ha respondido que la imagen del billete es una creación artística inspirada en diversas fuentes y no representa a una persona específica. Sin embargo, el caso continúa generando discusión sobre la apropiación cultural y los derechos individuales.
