Matteo Zuppi: el cardenal favorito para suceder al papa Francisco en el cónclave de mayo de 2025

Matteo Zuppi: el cardenal favorito para suceder al papa Francisco en el cónclave de mayo de 2025

El cardenal Matteo Zuppi es considerado uno de los principales candidatos para suceder al papa Francisco en el próximo cónclave, que comenzará el 7 de mayo de 2025. A sus 69 años, Zuppi es reconocido por su enfoque pastoral, su compromiso con la justicia social y su cercanía al legado de Francisco.  

Nacido en Roma, Zuppi ha tenido una carrera eclesiástica destacada. Fue ordenado sacerdote en 1981 y ha estado vinculado a la Comunidad de Sant’Egidio, desempeñando un papel clave en la mediación de paz en Mozambique durante la década de 1990. En 2015, fue nombrado arzobispo de Bolonia y, en 2019, el papa Francisco lo elevó al rango de cardenal. En 2022, asumió la presidencia de la Conferencia Episcopal Italiana.  

Zuppi ha liderado misiones diplomáticas del Vaticano, incluyendo esfuerzos de paz en Ucrania, Rusia, China y Estados Unidos, lo que resalta su habilidad para el diálogo y la diplomacia.  

En Italia, Zuppi es el candidato más seleccionado en el juego en línea “Fantapapa”, que simula la elección papal.  Su perfil progresista y su enfoque en la pastoral social lo alinean con la visión del papa Francisco, lo que podría atraer a cardenales que buscan continuidad en la dirección de la Iglesia.  

Sin embargo, su relativa juventud podría ser vista como un factor en contra por algunos cardenales que prefieren un pontificado más breve.  

Además de Zuppi, otros cardenales considerados “papables” incluyen:

Pietro Parolin: Secretario de Estado del Vaticano, con amplia experiencia diplomática.  

Luis Antonio Tagle: Cardenal filipino, ex prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, conocido por su enfoque pastoral y conexión con las iglesias en Asia.

Peter Turkson: Cardenal ghanés, destacado por su trabajo en justicia social y ecología.  

La elección del nuevo papa dependerá de múltiples factores, incluyendo la visión teológica, la capacidad de liderazgo y la representación global de la Iglesia. 

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